La palabra 'santificar' implica separación. Éramos hijos de Satanás, pero por la obra redentora de Cristo fuimos rescatados del lazo del Diablo y adoptados por el Padre Celestial. Al momento que creemos, somos trasladados de un reino a otro reino, de la familia de Satanás a la familia de Dios. Cuando nos arrepentimos y creemos en Jesús, el espíritu humano revive para que el Espíritu de Dios more con nuestro espíritu. En ese momento somos apartados y sellados por el Espíritu de Dios. Vemos en todos estos versículos que Dios nos aparta del mundo para servirle y todo es para su gloria.

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Colosenses 1:13-14

”el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”

II Tesalonicenses 2:13-14

”Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.”

Hechos 26:18

”para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.”

I Corintios 6:11

”Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”

Hebreos 10:10

”En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”

Hebreos 10:14-17

”porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.”

Judas 1:1

”Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:”

Hebreos 2:10-11

”Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,”

I Pedro 2:9

“Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.”

I Tesalonicenses 5:4-5

“Pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, como para que aquel día os sorprenda como un ladrón. Todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día. No somos hijos de la noche ni de las tinieblas.”

Tito 2:13-14

“aguardando la esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras.”

Hechos 26:18

“para abrir sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios, para que reciban perdón de pecados y una herencia entre los santificados por la fe en mí.”

Hechos 20:32

“Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, a aquel que tiene poder para edificar y para dar herencia entre todos los santificados.”

Efesios 5:8

“porque si bien en otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. ¡Andad como hijos de luz!”

I Pedro 1:2; Hebreos 13:12; Romanos 15:16; II Timoteo 1:9-10