El momento que el pecador se arrepiente y confía en la obra redentora de Jesucristo, hay una obra hecha en el corazón por el Espíritu de Dios. Hay perdón de todos los pecados. El espíritu muerto del ser humano revive por el poder de Dios y hay reconciliación entre el recién nacido y el Padre Celestial. Por la obra redentora de Jesucristo, el pecador regenerado recibe vida eterna. Desde este momento, el Santo Espíritu entra al cuerpo del regenerado para morar por siempre. La posición en la familia de Dios no es condicional y no se puede perder. A la vez, así como cualquier familia, el pecado en la caminata diaria de un hijo puede restringir las bendiciones y traer el castigo del Padre Celestial.

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Juan 1:11-13

“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”

Tito 3:5

“nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, que él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Y esto, para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”

Juan 3:7

“No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”

I Corintios 4:15-16

“Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio. Por tanto, os ruego que me imitéis.

Santiago 1:18

“El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.”

II Corintios 3:3

“Es evidente que vosotros sois carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de corazones humanos.”

II Corintios 5:17

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

I Pedro 1:3

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos;”

I Pedro 1:18-23

“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”

Efesios 2:1, 5

“En cuanto a vosotros, estabais muertos en vuestros delitos y pecados,..... aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos!”

I Juan 4:7

”Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.”

Hechos 1:1-3

“En el primer relato escribí, oh Teófilo, acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. A éstos también se presentó vivo, después de haber padecido, con muchas pruebas convincentes. Durante cuarenta días se hacía visible a ellos y les hablaba acerca del reino de Dios.”

Romanos 6:11

“Así también vosotros, considerad que estáis muertos para el pecado, pero que estáis vivos para Dios en Cristo Jesús.”

I Corintios 15:22

“Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.”

Mateo 19:28; Ezequiel 36:26; I Juan 2:29; I Juan 3:9;

I Juan 5:1,4,18; Colosenses 2:13; Hechos 25:19; Apocalipsis 1:18;

Juan 3:3, 5; Apocalipsis 2:8