El pecado es infracción de la ley o a las órdenes de Dios. La infracción puede manifestarse en dos formas. El hombre peca contra Dios cuando omite hacer lo que él sabe que Dios demanda. En esta manera, el ser humano resiste la voluntad de Dios y rompe la comunión. El pecado puede revelarse cuando el hombre hace lo contrario de lo que fue ordenado por Dios. Cuando el hombre hace lo contrario, está manifestando su rebelión contra Dios y merece la venganza de Dios. Otra clase de pecado, el cual ha avanzado mucho en la obra de Satanás, es cuando el hombre añade sus propios conceptos e ideas a lo que Dios ha dicho. El único hombre impecable es Jesucristo. La Biblia ha declarado que todos los hombres somos pecaminosos. Las Sagradas Escrituras nos revelan nuestra condición espiritual delante de Dios. La falla grandísima del hombre es su tendencia a compararse a sí mismo con los demás. Dios demanda perfección, entonces si cumplimos casi toda la ley y solo erramos en lo mínimo, Dios nos declara culpable de todo. Jesucristo cumplió toda la justicia de la ley para llegar a ser el Capitán de nuestra salvación. Cuando uno cree en Jesucristo, Él nos perdona de nuestros pecados y nuestra naturaleza pecaminosa. Hasta que uno recibe en la resurrección el cuerpo nuevo, continuamos la lucha contra el pecado en la carne. El Espíritu de Dios mora en el creyente para combatir el pecado.

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I Juan 3:4

“Todo aquel que comete pecado también infringe la ley, pues el pecado es infracción de la ley.”

I Juan 1:8

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.”

Santiago 2:10

“Porque cualquiera que guarda toda la ley pero ofende en un solo punto se ha hecho culpable de todo.”

Santiago 4:17

“Por tanto, al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado.”

Romanos 3:23

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;”

Romanos 3:10-12

“como está escrito: No hay justo ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”

Salmos 14:1-3 “(Al músico principal. Salmo de David) Dijo el necio en su corazón: "No hay Dios." Se han corrompido; han hecho cosas abominables. No hay quien haga el bien. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos del hombre para ver si había algún sensato que buscara a Dios. Pero todos se habían desviado; a una se habían corrompido. No había quien hiciera el bien; no había ni siquiera uno.”

Eclesiastés 7:20 “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque.”

II Timoteo 3:13 “Pero los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.”

Hebreos 3:13

“Más bien, exhortaos los unos a los otros cada día, mientras aún se dice: "Hoy", para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”

Hebreos 11:24-26

“Por la fe Moisés, cuando llegó a ser grande, rehusó ser llamado hijo de la hija del Faraón. Prefirió, más bien, recibir maltrato junto con el pueblo de Dios que gozar por un tiempo de los placeres del pecado. El consideró el oprobio por Cristo como riquezas superiores a los tesoros de los egipcios, porque fijaba la mirada en el galardón.”

I Juan 5:17

“Toda maldad es pecado, pero hay pecado que no es de muerte.”

Romanos 3:19-20

“Pero sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre, y todo el mundo esté bajo juicio ante Dios. Porque por las obras de la ley nadie será justificado delante de él; pues por medio de la ley viene el reconocimiento del pecado.”

Gálatas 3:22

“No obstante, la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa fuese dada por la fe en Jesucristo a los que creen.”

Génesis 6:5-6

“Jehová vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo sólo al mal. Entonces Jehová lamentó haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.”

Isaías 59:1-2; Nehemías 9:33; Proverbios 20:9; Job 15:14;

Job 25:4; Romanos 3:9; Romanos 11:30-32; Salmos 51:3;

Gálatas 3:10; Romanos 7:7