La voluntad de Dios es que los hermanos en Cristo trabajemos juntos en la obra del Señor. Jesucristo envió a los doce Apóstoles y también a los setenta enviados de dos en dos. El compañerismo es el vínculo que existe entre los compañeros. Los compañeros comparten la misma misión, la misma doctrina y la misma estrategia Bíblica en la obra del Señor. La Palabra de Dios nos enseña que hay más fuerza física, espiritual y moral cuando compartimos la responsabilidad. Eclesiastés 4:9-10 dice “Mejor dos que uno solo, pues tienen mejor recompensa por su trabajo. Porque si caen, el uno levantará a su compañero. Pero, ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!” Los conceptos de la familia y la Iglesia nos llevan a entender que varias personas trabajan en unidad para lograr una sola meta.

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Salmos 119:63

“Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus ordenanzas.”

Filemón 1:2, 17

“a la hermana Apia, a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:........ Así que, si me tienes por compañero, recíbele como á mi.”

Lucas 10:1

“Después de estas cosas, el Señor designó a otros setenta, a los cuales envió delante de sí de dos en dos, a toda ciudad y lugar a donde él había de ir.”

Filipenses 4:3

“Sí, y a ti también, fiel compañero, te pido que ayudes a estas hermanas que lucharon junto conmigo en el evangelio, también con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.”

Hebreos 10:33

“Por una parte, fuisteis hechos espectáculo público con reproches y tribulaciones. Por otra parte, fuisteis hechos compañeros de los que han estado en tal situación.”

Lucas 5:10

“Y asimismo á Jacobo y á Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo á Simón: No temas: desde ahora pescarás hombres.”

II Corintios 1:7

“Y nuestra esperanza con respecto a vosotros es firme, porque sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, lo sois también en la consolación.”

II Corintios 8:23

“En cuanto a Tito, él es compañero mío y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, ellos son mensajeros de las iglesias y gloria de Cristo.”

Proverbios 13:20

“El que anda con los sabios se hará sabio, pero el que se junta con los necios sufrirá daño.”

II Corintios 1:24

“Porque no nos estamos enseñoreando de vuestra fe. Más bien, somos colaboradores para vuestro gozo, porque por la fe estáis firmes.”

II Tesalonicenses 3:14

“Si alguno no obedece nuestra palabra por carta, a ése señaladlo y no tengáis trato con él, para que le dé vergüenza.”

I Corintios 5:11

“Pero ahora os escribo que no os asociéis con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal persona ni aun comáis.”

Romanos 16:17

“Pero os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.”

Efesios 5:5-7

“Porque esto lo sabéis muy bien: que ningún inmoral ni impuro ni avaro, el cual es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con vanas palabras, porque a causa de estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. Por eso, no seáis partícipes con ellos;”

II Corintios 6:14-17

“No os unáis en yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué compañerismo tiene la rectitud con el desorden? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿Qué parte tiene el creyente con el no creyente? ¿Qué acuerdo puede haber entre un templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, ¡Salid de en medio de ellos, y apartaos! dice el Señor. No toquéis lo impuro, y yo os recibiré;”

Filipenses 2:25; Marcos 6:7; II Timoteo 4:9;

I Corintios 3:9; Colosenses 4:11; Filipenses 4:3