Según la ley de Moisés la tribu de Leví, Aarón y sus hijos, fueron apartados para el sacerdocio. Uno entre ellos fue ungido para servir como Sumo Sacerdote. Él tuvo muchas funciones, pero la mayor entre ellas fue ofrecer una vez cada año en el Día de Expiación sacrificio para sí mismo y toda la nación. El Sumo Sacerdote del Antiguo testamento fue sombra o símbolo de Cristo que iba a cumplir la ley y llegar a ser el Máximo Sacerdote para siempre. Jesucristo murió, resucitó y entró en Los Cielos con su propia sangre para limpiarnos una vez para siempre. Día y noche Jesucristo sentado a la diestra del Padre Celestial está atento a nuestras oraciones y listo para perdonar nuestros pecados.
Levítico 21:10-13