El dominio propio es el constreñimiento de los apetitos de la carne. La persona prudente no hace lo que es más fácil, sino lo que es correcto. Muchas veces hay consecuencias por hacer lo correcto en la vida, a pesar de eso debemos sufrir oprobio por ofender a otros sin motivo. El dominio propio es la habilidad de refrenar el cuerpo. El fruto del Espíritu de Dios es el dominio propio pero el fruto del hombre natural-animal es una vida inestable. No se puede vivir la vida solamente pensando en sí mismo. Nuestro derecho personal termina donde comienza el derecho personal del otro. Hay que contemplar las consecuencias de nuestras acciones. Nadie puede ir donde uno quiere, hacer lo que quiere o decir lo que uno quiere. Tal vez la palabra más importante en el vocabulario de cualquier lenguaje es la pequeña palabra ‘No’. La habilidad de decir ‘No’ a sí mismo, es la esencia del concepto del dominio propio.

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II Pedro 1:5-9

“Y por esto mismo, poniendo todo empeño, añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, perseverancia; a la perseverancia, devoción; a la devoción, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque cuando estas cosas están en vosotros y abundan, no os dejarán estar ociosos ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pues el que no tiene estas cosas es ciego y tiene la vista corta, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados.”

Daniel 1:8

“Pero Daniel se propuso en su corazón no contaminarse con la ración de la comida del rey ni con el vino que éste bebía. Pidió, por tanto, al jefe de los funcionarios que no fuera obligado a contaminarse.”

Gálatas 5:22-24

“Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley, porque los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”

Salmos 39:1

“Yo dije: "Cuidaré mis caminos para no pecar con mi lengua. Guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté frente a mí."

Proverbios 16:32

“Es mejor el que tarda en airarse que el fuerte; y el que domina su espíritu, que el que conquista una ciudad.”

Santiago 4:7

“Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y él huirá de vosotros.”

I Corintios 9:27

“Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado.”

Proverbios 19:11

“El discernimiento del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.”

I Tesalonicenses 5:22

“Apartaos de toda apariencia de mal.”

Proverbios 16:32

“Es mejor el que tarda en airarse que el fuerte; y el que domina su espíritu, que el que conquista una ciudad.”

Proverbios 13:3

“El que guarda su boca guarda su vida, pero al que mucho abre sus labios le vendrá ruina.”

Santiago 3:2

“porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es hombre cabal, capaz también de frenar al cuerpo entero.”

Proverbios 14:29

“El que tarda en airarse tiene mucho entendimiento, pero el de espíritu apresurado hace resaltar la insensatez.”

I Pedro 2:11

“Amados, yo os exhorto como a peregrinos y expatriados, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma.”

Efesios 6:13 “Por esta causa, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haberlo logrado todo, quedar firmes.”

I Corintios 6:12

“Todas las cosas me son lícitas, pero no todo me conviene. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna”

Proverbios 25:28

“Como una ciudad cuya muralla ha sido derribada, es el hombre cuyo espíritu no tiene freno.”

Mateo 5:37

“Pero sea vuestro hablar, 'sí', 'sí', y 'no', 'no'. Porque lo que va más allá de esto, procede del mal.”

Eclesiastés 5:2; Romanos 6:12; Proverbios 21:23; Eclesiastés 10:4;

I Pedro 3:10; Hechos 24:25; Salmos 34:13