192 ~ HOMBRE POSTRADO
- Conceptos Biblicos
- 3 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Cuando estamos en la presencia de Dios por medio de la oración, no importa la postura de la persona. Nadie puede orar sin cesar y a la vez prestar mucha atención a su postura. El orar sin cesar, como enseña la Biblia, es un orden que indica la actitud del corazón del creyente durante el transcurso del día, sin embargo, desde el principio, el hombre siempre daba reverencia a Dios. Todos los que temían a Dios por lo menos inclinaron su rostro cuando le oraban a Él. La mayoría de la gente se postraba con la cara hacia el suelo al momento que reconocieron que estuvieron en la presencia de Dios. Es la postura natural cuando uno está en la presencia del Todopoderoso como hacen los Ángeles en los cielos. El Padre Celestial se interesa más en las rodillas de nuestros corazones que en las del cuerpo. Dios mira la sinceridad del hombre interior, no se puede engañar a Dios. Hoy en día los creyentes tienen la costumbre de doblar las rodillas o por lo menos inclinar el rostro cuando oran ante a Dios.
Filipenses 2:10-11
“para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre que Jesucristo es Señor.”
Mateo 2:10-11
“Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose le adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra.”
Génesis 24:26-27
“Entonces el hombre se inclinó y adoró a Jehová diciendo: --¡Bendito sea Jehová, Dios de mi señor Abraham, que no apartó de mi señor su misericordia y su verdad! En el camino Jehová me guió hacia la casa de los hermanos de mi señor.”
Nehemías 8:6
“Entonces Esdras bendijo a Jehová, el gran Dios; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: --¡Amén! ¡Amén! Luego se inclinaron y adoraron a Jehová con el rostro a tierra.”
Mateo 26:38-39 “Entonces les dijo: --Mi alma está muy triste, hasta la muerte. Quedaos aquí y velad conmigo. Pasando un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: --Padre mío, de ser posible, pase de mí esta copa. Pero, no sea como yo quiero, sino como tú.”
I Corintios 14:24-25
“Pero si todos profetizan, y entra algún no creyente o indocto, por todos será convencido, por todos será examinado, y lo oculto de su corazón será revelado. Y de esta manera, postrándose sobre su rostro, adorará a Dios y declarará: "¡De veras, Dios está entre vosotros!”
Lucas 18:13
“Pero el publicano, de pie a cierta distancia, no quería ni alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: 'Dios, sé propicio a mí, que soy pecador.”
Juan 11:32
“Luego, cuando María llegó al lugar donde estaba Jesús y le vio, se postró a sus pies diciéndole: --Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.”
Apocalipsis 4:9-11
“Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honra y alabanza al que está sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos; y echan sus coronas delante del trono, diciendo: "Digno eres tú, oh Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú has creado todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas.”
Apocalipsis 1:17
“Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y puso sobre mí su mano derecha y me dijo: "No temas. Yo soy el primero y el último,”
Apocalipsis 19:10
“Yo me postré ante sus pies para adorarle, pero él me dijo: "¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”
Hechos 10:25-26
“Cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió para recibirle, se postró a sus pies y le adoró. Pero Pedro le levantó diciendo: --¡Levántate! Yo mismo también soy hombre.”
I Reyes 8:54
“Y sucedió que cuando Salomón terminó de hacer toda esta oración y plegaria a Jehová, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehovah, con sus manos extendidas al cielo.”
Apocalipsis 22:8-9
“Yo, Juan, soy el que he oído y visto estas cosas. Cuando las oí y las vi, me postré para adorar ante los pies del ángel que me las mostraba. Y él me dijo: "¡Mira, no lo hagas! Pues yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!”
II Crónicas 7:1-3; Mateo 17:14-15; Apocalipsis 5:8; Salmos 72:9-11; Apocalipsis 7:11;
Éxodo 4:30-31; Josué 5:14; Lucas 17:15-19; Romanos 14:11-12; Ezequiel 1:27-28;
Génesis 18:1-2; Mateo 4:8-9; Lucas 5:12
Comments